Para empezar, imaginen esto: entran a una sala con la confianza en alto, sus movimientos hablan de determinación y su mirada transmite seguridad. No han dicho una palabra, pero ya capturaron la atención. Todos están opinando sobre lo que están proyectando. Pues esa es la magia de la comunicación no verbal: que incluso antes de que las palabras salgan de nuestra boca, el contacto visual que mantenemos, el movimiento de nuestras manos y la expresión de nuestro rostro ya habrán transmitido buena parte del mensaje que queremos dar.
Cuando están hablando de su marca, su idea, su producto o su empresa, no solo se trata de las palabras que describen a la perfección lo que están vendiendo. Es un todo en el cual el lenguaje corporal habla por volúmenes. ¡Están vendiendo incluso antes de abrir la boca! Por eso, es importante que tengan presente que cada encuentro, cada presentación y cada conversación son oportunidades para persuadir y para dejar una impresión duradera y en ese juego, la comunicación no verbal juega un papel crucial.
Por eso, es clave la preparación, la organización y la disposición emocional, porque estos aspectos tienen un impacto considerable en cómo somos percibidos. Un líder que entra apresurado a una sala transmite un mensaje distinto al que llega con calma, confianza y conecta con su público. La meticulosa planificación de un espacio o presentación habla de profesionalismo y atención al detalle, ¿no lo creen?
Entonces, les dejamos algunos consejos sencillos que pueden poner en práctica para aprovechar todo el poder del lenguaje no verbal en cualquier escenario:
Más allá del lenguaje no verbal
Ahora bien, imaginemos que ya tienen dominado el lenguaje no verbal, pasemos a revisar algunos consejos que les pueden servir para que esos mensajes que están transmitiendo les fluyan con más facilidad. Lo primero y necesario es construir un mensaje sólido. En comunicaciones lo llamamos el ‘Libro blanco de mensajes’, que es como una biblia que todos los voceros estudian y siguen para responder con la misma narrativa, creada especialmente para cada empresa, marca o emprendimiento, a las preguntas más comunes como ¿qué hacemos?, ¿cómo lo hacemos?, ¿por qué lo hacemos?, ¿qué ganamos haciéndolo?
Esto es importante porque si responden de manera espontánea, sin preparar los mensajes, esa aparente informalidad y brevedad pueden transmitir cierta desconfianza en un interlocutor. ¡Muy grave si estamos hablando con un inversor! Por eso, diseñar un mensaje estructurado puede demostrar seriedad, compromiso, generar una percepción positiva y confianza en aquellos que reciben nuestro mensaje.
Siempre recuerden que el lenguaje que manejan al interior de su industria puede ser completamente desconocido para su interlocutor: a pesar de estar inmersos en un campo específico, hay palabras y conceptos que damos por sentado, y esto aplica a todas las esferas empresariales. La familiaridad con nuestra propia terminología no garantiza que otros la compartan. En ocasiones, incluso periodistas que cubren temas afines pueden carecer de ciertos entendimientos que damos por sentado. Por ello, es necesario que eviten asumir que la otra parte posee el mismo grado de claridad.
Por eso, un buen tip es ejemplificar y simplificar los mensajes. Convertir los conceptos en ejemplos tangibles y explicaciones sencillas puede evitar malentendidos y abrir un camino de comprensión mutua. Al desglosar temas en ejemplos claros, eliminamos las barreras de la jerga y permitimos que todos los involucrados accedan al mismo nivel de entendimiento.
En un mundo donde la primera impresión es el santo grial, la comunicación no verbal es nuestro aliado secreto. Cada gesto, cada mirada y cada postura son componentes que moldean cómo somos percibidos. Al ser conscientes de cómo expresamos nuestros mensajes de manera no verbal, podemos lograr un impacto más profundo y auténtico en nuestras interacciones. Recordemos: todo lo que decimos y lo que no decimos importa; cada aspecto de nuestra presencia y presentación comunica un mensaje, y es responsabilidad nuestra asegurarnos de que ese mensaje sea coherente con nuestra visión y nuestros objetivos.
Así que levanten la mirada, ajusten su postura y recuerden sus mensajes del libro blanco. Practíquenlo y háganlo tan bien que esa seguridad con la que miran a sus interlocutores se transmita y que todos digan que quieren trabajar con ustedes. Y si quieren tener un acompañamiento especializado para lograrlo, vengan con nosotros, en Black somos expertos en el tema.